Daniel Casado: “La ciencia ficción es un género indispensable para comprender la literatura como forma de arte"

Aguardo al entrevistado en el descampado a las afueras de la ciudad que él mismo ha recomendado. La única iluminación es la de los faros de mi coche. En efecto, es un lugar extraño para una entrevista literaria. Debo ser comprensivo. Los muros, los teléfonos, las pantallas, tienen ojos y orejas. Mi teléfono apagado y en modo avión está guardado en la guantera del coche. No me lo ha pedido pero me gusta ir un paso por delante en todo lo que se refiere a la conspiraparanoia (la palabra no existe, pero me gusta), la distopía y los encuentros extraños. Oigo el ruido de unos neumáticos rodando sobre las piedrecitas del camino. El coche de un recién llegado se detiene frente a mí y me ciega con la luz de los faros. Cambia las luces largas por las cortas y pregunta: “¿Carlos Cuesta?” Yo respondo a la gallega, “¿Daniel Casado?” Es leonés, debe estar al tanto de las costumbres de los vecinos regionales. El tipo  (cuando sale del coche veo que su cara concuerda con la de las fotos de Daniel Casado) se quita del contraluz y puedo verlo mejor. Se presenta cortésmente como Leonard Isaac Belacord. Sin añadir nada más, va al maletero del coche y saca una nevera. «¿Qué puede haber dentro de esa nevera?» Me pregunto, intranquilo. La abre y me tiende una cerveza. Está fría. Este tipo piensa en todo. Le doy la vuelta a la botella y detengo la rotación del vidrio cuando veo que se trata de una sin alcohol. Hago una mueca. Él se da cuenta. Pongo la excusa del gluten para rechazarla y entonces le hago primera pregunta.

¿Quién es Leonard Isaac Belacord?

¿Quién eres tú para hacerme esa pregunta? ¿Acaso le preguntas a Miguel Ángel quién pintó la Capilla Sixtina? Leonard no es alguien, Leonard es algo que forma parte de todos. Leonard es el creador de historias, el constructor de mundos y el arquitecto de la mayor distopía tras la magnífica obra de George Orwell. Leonard Isaac Belacord nace por y para desvelar las incógnitas que plantea el libro que ha confeccionado minuciosamente para todos vosotros,  2058.

Leonard Isaac Belacord es el alter ego de un escritorzuelo con aires de grandeza que piensa que tiene el mundo a sus pies. Yo, Leonard, he nacido de la materia más oscura de Daniel Casado Berrocal para enseñarle al mundo, a través de la Literatura, que todos podemos ser manipulados y controlados por un poder superior. Para que tú y todos tus lectores comprobéis que no miento y que Leonard Isaac Belacord es un producto de Daniel Casado Berrocal, solo tendrás que re-ordenar las letras de uno de los nombres completos y obtendrás el otro, pues se trata de un anagrama.

Coño. ¿Y si Leonard, es decir, tú… usted, procede del lado oscuro de Daniel, 2058 qué pretende? ¿Combatir esa manipulación o instalarla? ¿Qué enseñanza hay detrás, si es que la hay?

2058 somos todos. Leonard demuestra a la sociedad todo aquello que escondemos. Leonard es esa pequeña parte de nuestra mente en la que se alojan los momentos en los que fuimos manipulados. Escribiendo 2058, lo único que pretendo es darle una oportunidad para que se haga escuchar. 2058 es el futuro de la ciencia ficción distópica. Su verdadera intención es empujar a los habitantes de este mundo a que se replanteen las decisiones que sus gobiernos toman por ellos. En el caso de 2058, es el Co-Bierno el que tomaría las decisiones. 

A parte de la manera en que otros internautas y yo hemos conocido a Daniel, ¿es posible explicar brevemente qué son las Odiseas estelares?

Odiseas Estelares es la precuela de 2058. Pertenece a la Saga Co-Bierno que se completa con el libro final El Padre. El lector interesado en este mundo puede disfrutar de la lectura de los dos primeros volúmenes, 2058 y Odiseas Estelares, en cualquier orden, pues su lectura no desvela secretos necesarios para la siguiente trama. Pero, como aviso, siempre se deberá leer El Padre en último lugar, pues en este se dan a conocer las respuestas a los enigmas más grandes que plantea 2058.

Odiseas Estelares se publicó en 6 tomos pequeños, de entre 60 y 100 páginas cada uno, de forma mensual entre julio y diciembre de 2020. Cada libro contaba una historia y ellas se entrelazaban. Cuentan parte del pasado de varios personajes de 2058, así como el origen de todo el Universo del Co-Bierno, un partido político que controla a todos los habitantes de la Nación. Como premisa, el inicio de las Odiseas Estelares trata sobre la desaparición de una nave espacial, El Tártaro, y el hallazgo más prometedor del ser humano. A lo largo de los episodios, uno podrá descubrir el porqué de esos acontecimientos y cómo afectaron a la especie humana.

Finalmente, en febrero de 2021, se decidió publicar una recopilación de los 6 episodios en un solo volumen. De esta manera, aquél que quiera podrá seguir leyéndolos por separado o hacerse con el tomo entero a través de Amazon.

¿Podemos decir que Odiseas estelares, 2058 y El Padre son una continuación de 1984 de Orwell, están inspiradas en su obra, conviven en el mismo mundo? 

Es una manera de verlo. 2058 está planteada como la seria continuación de 1984. Sin llegar a convertirme en un personaje pretencioso, y a riesgo de que así pueda parecer, Daniel y yo, como un solo ente, creemos en el potencial de esta novela y de lo que albergan sus páginas. Durante mucho tiempo hemos investigado la figura de George Orwell y podemos afirmar que hemos descubierto ciertas cosas que nadie más sabe. 

Por esta razón nos reunimos en este lugar apartado, porque no es mi intención que las vicisitudes de una entrevista con fisuras nos lleven a desvelar secretos de manera anticipada. George Orwell creó ciertos códigos secretos que solo nosotros conseguimos descifrar. Acudiendo a banales comparativos, podríamos categorizar a esta novela como un “Código Orwell”, emulando a las mejores novelas de Dan Brown. Estos secretos se plasman en el libro 2058 y su presentación, el momento en el que salga a la luz, será la ocasión idónea para que el planeta entero conozca sus secretos. Por este motivo sí me atrevo a afirmar que 2058 es una continuación de 1984. Pero, y esto es importante, no es una continuación de la historia ni de la trama de 1984, sino una continuación de todo lo que esa novela significó para la especie humana.

Ahora bien, apartando a un lado 2058 y centrándonos en Odiseas Estelares y El Padre, tenemos que reconocer que estas dos novelas conviven en el mismo espacio-tiempo que 2058, pero escapan de los límites de lo distópico como tal centrándose en una trama mucho más ligada a la ciencia ficción. 2058 sigue las directrices básicas de una distopía clásica, basada y referenciando a la novela de Orwell, 1984, y Odiseas Estelares y El Padre explican los conceptos creados en 2058 gracias a un hilo conductor mucho más fantástico, aunque siempre apoyado en las teorías de la Física moderna.

“Tal es el miedo que sentimos hacia lo que no conocemos, que tendemos a transformarlo en tramas aleatorias que nos permiten soñar”.

Voy a hacer una pregunta que igual os puede parecer un poco violenta. ¿Tratar de retomar 1984 es pretencioso o todo lo contrario? 

Es pretencioso, y lo comprendemos. Entenderemos que se nos tachará de imberbes e inexpertos intento de dramaturgos, pero hemos aceptado lo que la sociedad puede pensar sobre nosotros y solo exigimos que antes de criticar nuestra obra, se le dé la oportunidad que merece. Una vez el lector haya terminado de leer 2058, tendrá el derecho de afirmar que está muy por debajo de George Orwell, aunque cuando todos vosotros descubráis lo que Orwell escondió en sus novelas, no podréis parar de leer la Saga Co-Bierno.

En un diario han llamado a Daniel el «Stephen King o el Orwell leonés». ¿Es una gran responsabilidad o una exageración cuántica?  

Respecto a estas afirmaciones, no son ninguna exageración, pues la intencionalidad de esos mensajes no son más que la de informar a la sociedad que algo con una gran ambición acaba de nacer en el panorama literario. Por supuesto, no se refieren al volumen de ventas ni al nivel de notoriedad que uno u otro puedan tener comparado con el nuestro. Al contrario, con estos calificativos, solo pretenden hacer al mundo saber que hay nuevos escritores con intenciones similares a las de Stephen King o George Orwell. En ningún momento Leonard o Daniel pensamos que podamos convertirnos en alguien tan grande, aunque sí que tanto 2058, como Odiseas Estelares o El Padre pueden significar, para la población, algo tan importante como 1984 o El Resplandor. Y si un escritor no está de acuerdo en que su novela puede ser así de fundamental, jamás conseguirá convencer al mundo para que la lea.  Ese es nuestro único propósito: que 2058 se lea. Cuando leas 2058, comprenderás de lo que hablo.

¿La ciencia ficción es para ti, perdón, para vosotros, la mejor manera de mostrar a la población realidades tan difíciles de admitir que serían demasiado duras desde una perspectiva más naturalista o realista?

La ciencia ficción es un género indispensable para comprender la literatura como forma de arte. Desde la mente de un escritor, en el cuarto más oscuro de su humilde hogar, crea las historias más fantásticas que nadie hubiera podido imaginar. Ello nos hace pensar que quizás ni Tolkien, ni George R.R. Martin, ni J.K. Rowling pudieron nunca llegar a pensar que aquellas divagaciones podrían llegar a tantas personas gracias a la industria del cine, la televisión y demás. Por ello es tan necesaria la ciencia ficción. Acudiendo a la soberbia de la que goza Leonard, reconocemos que 2058, en un futuro muy lejano, pueda tener cierto interés para convertirse en una serie o una película en la gran pantalla. Aun así, recalco que 2058 es más una distopía, centrada en el desarrollo socio político de una Nación y El Padre y Odiseas Estelares está más enfocado a la explicación de ciertos conceptos de la novela original, ayudándose de la ciencia ficción, viajes interplanetarios o viajes en el tiempo.

Entiendo que el trabajo de documentación en relación con el espacio, la Física, la Astronomía, ha sido enorme. 

Por supuesto, la información que he tenido que reunir ha sido abismal, pero eso me ha permitido aprender muchos conceptos sobre él mismo. Pero no he estudiado sólo eso. Para descubrir los secretos que esconde George Orwell hemos tenido que documentarnos hasta la saciedad. Nos hemos inmiscuido en su vida y hemos cuestionado su existencia. Una vez dimos con ciertos datos de los que nadie había oído hablar, confeccionamos una gran red de seguridad alrededor de ellos y creamos la historia central de 2058. Esas confesiones de Orwell son el grueso de la novela, pero la trama principal es la que nos lleva a ellos. La que nos encamina hacia el descubrimiento y hacia el conocimiento. Después de dos años fabricando la novela, podemos asegurar que estamos más que contentos con el resultado. Más de quinientas páginas, contenido extra, videojuegos, merchandising y casi 300.000 palabras de entretenimiento asegurado.  

Leyendo tus odiseas me pregunto ¿cuánto le debe esta obra galáctica a Interestelar de los hermanos Nolan? Me refiero a en términos de motivación como de inspiración.

Todo método de información, tanto visual, como auditivo, como descriptivo, son formas de arte. Para nosotros, una de las mayores inspiraciones nace del cine. Por supuesto, centrándonos en la temática espacial, es imposible no referirnos a una de las obras maestras de la gran pantalla. Insterstellar cuenta con cientos de minutos y en todos ellos aporta algo novedoso para la mente del observador. Odiseas Estelares está muy influida por Interstellar, acudiendo vagamente a conceptos como el uso de la gravedad para viajar en el tiempo, o la aparición de agujeros negros o de gusano, al igual que Nolan usaba el de Gargantúa. Pero no es sólo Interstellar de dónde bebemos para escribir un libro de estas características. Leyendo varios libros sobre mecánica y sobre viajes en el tiempo, también tenemos que mencionar a Tripler o a Ron Mallet, doctor en la Universidad de Connecticut, que muy cerca han estado de demostrar que la maquinaria necesaria para viajar a través del tiempo ya se ha inventado, solo que no hemos sido capaces de descubrir cómo utilizarla. Estas son solo algunas de nuestras inspiraciones, pues también tendríamos que recuperar a Isaac Asimov o a Stephen Hawking, infinitamente conocedores de la mecánica cuántica del espacio que nos rodea.

Yo mismo estoy leyendo mucho sobre Astronomía, Física y otras ciencias con motivo de una nueva novela que preparo y a veces cierro los libros que he tomado como referencia, para ponerme al día, con una sensación de pánico absoluto, de congoja al percibir la oscuridad inabarcable del Universo. ¿Os ha ocurrido esto? 

Por supuesto, es decir, todo lo desconocido nos abruma. No afirmo que haya algo más allí arriba que esté vivo, aunque muchos nuevos descubrimientos nos indican que así es. Pero la inmensidad del espacio nos permite soñar con todo aquello que podría encontrar el ser humano en una hipotética expedición hacia millones de años luz. Tanto es así, tal es el miedo que sentimos hacia lo que no conocemos, que tendemos a experimentar y a indagar, inventar nuevas historias y a interpretar la novedosa información que recibimos y transformarla en tramas aleatorias que nos permiten soñar.  Y eso he querido intentar plasmar en Odiseas Estelares sin, ojalá, abrumar al lector con tantos datos. 

En la entrevista que estoy preparando con el escritor y músico Josetxo Orueta he visto un nuevo ejemplo de ciencia ficción que recupera los héroes de las tragedias clásicas a través de la utilización de sus mitos o de la referencia intertextual de los nombres de personajes, naves, etc. ¿Es una cuestión de nostalgia o un afán por que la tecnología y el futuro no entierren nuestras raíces?  

De hecho, bueno, el lector avispado se habrá dado cuenta de que existen claras referencias hacia la cultura griega en los títulos y en los personajes de las novelas de Odiseas Estelares. Si nos fijamos en los títulos (El Tártaro, El Barco de Teseo, La Vergüenza de Aquiles, Planeta Hades), en estos primeros episodios nos centramos en ciertos mitos o leyendas griegas que tienen una especial relevancia dentro de la trama. También retrotraemos nuestra memoria al Antiguo Egipto a épocas más clásicas de nuestra Historia, como la influencia de filósofos como Jeremy Bentham para construir el famoso Panóptico. Todo esto no es casual ya que estas historias ya han sido contadas con anterioridad. Nos damos cuenta de que cuando escribimos siempre tenemos que tener a alguien como referencia y qué mejor que recurrir a los teóricos más famosos de todos los tiempos y citarles, es sinónimo de éxito.

Odiseas Estelares utiliza también referencias a experimentos más modernos, como el de la Universidad de Standford, de Philip Zimbardo, y el famoso experimento de los Monos. O la regla del décimo hombre, popularizada por la película Guerra mundial Z. Todas estas inyecciones de conocimiento antiguo están disponibles en un apartado de “Curiosidades Estelares” en la página web de la novela 2058. Allí el lector encontrará las influencias que nos han llevado a escribir cada episodio. Sin duda, una manera óptima de relacionar los conocimientos nombrados en el libro con el contenido extra que estos ofrecen.

“2058 es el futuro de la ciencia ficción distópica. Su verdadera intención es empujar a los habitantes de este mundo a que se replanteen las decisiones que sus gobiernos toman por ellos”.

¿Pero por qué esas referencias mitológicas concretas? ¿Se trata de recuperar un saber antiguo o tratáis de evidenciar que el hombre moderno está cayendo de nuevo en las mismas trampas a causa de su orgullo, o de su prepotencia al desafiar a los dioses? Hablo por ejemplo de nuestra obsesión por dominar el espacio o todo lo relacionado con la bioética.

Es cierto que también tiene componentes de los que hablas, pero va más ligado a una explicación abstracta de un hecho muy concreto. Por ejemplo, a través de esas fábulas, podemos entender el comportamiento de muchos personajes. Como bien dices, el ser humano tiende a tropezarse siempre con la misma piedra y, gracias a los saberes antiguos, podemos relacionar todo lo aprendido en un primer lugar con los conocimientos que otros parecieron demostrar siglos atrás. De esa manera comprendemos que por mucho que haya evolucionado el ser humano a lo largo de su Historia, seguimos naciendo con la misma inteligencia emocional y nuestra personalidad y nuestros arcos reflejos nos llevan a cometer los mismos errores. Sólo podemos excusar esos fallos si otros los cometieron también tiempo atrás. Por eso recurrimos a temáticas altamente antiguas que explican el comportamiento humano. 

Si he tenido acceso a las Odiseas Estelares es gracias a una enorme campaña de comunicación en redes y medios. Camisetas, videojuegos de Las Odiseas… ¿De qué manera ha ayudado este merchandising a dar a conocer la saga y financiarla y en qué manera puede perjudicar la percepción estrictamente literaria que podemos tener de ella? 

Sin duda, cuantas más vertientes tenga una dinámica literaria, mucho más se dará a conocer. Hay que tener cuidado pues también se corre el riesgo de agobiar al posible lector y presionarle demasiado. Por eso se ha querido plantear una serie de acciones propagandísticas básicas que aporten diferentes puntos de vista a la obra. Por ello, una obra literaria con muchos caminos por recorrer es una aventura eterna. 

El videojuego de Odiseas Estelares aporta una perspectiva muy enérgica para la Saga de Co-Bierno y puede acercar a los lectores más jóvenes e inexperimentados a los libros más complejos. Las camisetas y el resto de merchandising también nos dan otra perspectiva y, gracias a los contratos firmados con grandes empresas, como La Tostadora, pueden ayudarnos a convertir a las camisetas en el espejo de las novelas para un público alejado de la literatura.

La serie de Odiseas Estelares ya ha terminado y 2058 está a punto de hacerlo, aunque aún quedan algunas sorpresas guardadas en el tintero. Para cuando llegue El Padre, que se publicará en diciembre de 2021, un nuevo y ambicioso proyecto asomará por el horizonte, intentando que sorprenda a los lectores y los acompañe a lo largo de este maravilloso proceso.

Una vez El Padre vea la luz, la Saga Co-Bierno no necesitará ningún adalid que la defienda, pues sus propias palabras la ayudarán a prosperar y a luchar contra los grandes de la literatura por un hueco en el Olimpo de las sagas distópicas y fantásticas. Cuando ese momento llegue, Leonard Isaac Belacord desaparecerá, no volviendo a inmiscuirse en la creación de ningún otro mundo, perdiéndose entre las palabras de su eterna obra, y dejando paso a un ya experimentado Daniel Casado Berrocal, que confeccionará nuevas historias, desligadas del Universo Co-Bernamental. 

¿Daniel le ha hablado ya de en qué consistirá ese próximo proyecto?

Desearía que no me hubieras hecho esa pregunta, pero he prometido que iba a responderte con la mayor sinceridad posible y no soy un hombre que rompa su palabra.

Daniel y Leonard han recorrido un largo camino juntos y antes de acabar 2058, han querido ayudar a todas esa personas que están perdidas a encontrar su hueco en el mundo. Gracias a nuestros contactos hemos descubierto un servicio que ofrecer a todas esas almas errantes.

Todo aquel que lea el libro, encontrará en su interior un número de teléfono fijo de la ciudad de León, en Castilla y León. Un número conectado con la centralita del Co-Bierno. A través de ese número fijo los lectores podrán entrar al mundo Co-Bernamental y hablar con los personajes más ilustres de la novela. Podrán avisar a la Canciller si han sido testigos de algún atentado contra El Padre de la Nación o si están teniendo problemas con sus dispositivos. Gracias a esa centralita, tendrán acceso directo a contenido extra con el que podrán conocer secretos escondidos de la trama. El número estará operativo todo cuanto nos sea económicamente posible, pero será necesaria la ayuda ciudadana, para que se dé a conocer. Ni Daniel ni Leonard buscan libertad económica sacando estos secretos a la luz, pero necesitamos vuestra ayuda para que el libro  llegue al mayor número de personas posible. 

“Se nos tachará de imberbes e inexpertos intento de dramaturgos, pero hemos aceptado lo que la sociedad puede pensar sobre nosotros y solo exigimos que antes de criticar nuestra obra, se le dé la oportunidad que merece”.

Muchos critican a Amazon por devorar el mercado hasta  en ocasiones rozar el monopolio. Y sin embargo, no es la primera vez que oigo hablar de las ventajas de esta plataforma en lo que se refiere a la autopublicación. ¿Qué ventaja e inconvenientes le veis, sobre todo Daniel, a este método de autoedición frente al sistema de editoriales tradicionales o a otras formas de autopublicación?

Amazon es una forma de ver la literatura actual. No voy a entrar a criticar los medios de las editoriales tradicionales ni de las nuevas ediciones en libro físico o digital. Pero sí debemos ser conscientes de que el mercado está copado por dos grandes editoriales que, gracias a la subcontratación de otras más pequeñas controlan el 98 por ciento de los libros que vemos en las librerías de barrio o grandes almacenes.

Si el autor novel quiere hacerse famoso solo tiene una salida, pertenecer a ese mundo. El problema es que entrar dentro es más difícil de lo que parece. Lo complicado no es escribir una buena novela, infinidad de personas escriben muy buenas novelas, lo realmente imposible es hacer que alguien importante la lea. Si un directivo de esas famosas editoriales lee tu novela y, por supuesto, es buena, la introducirá en su catálogo y gracias a la publicidad y al movimiento saldrá adelante y serás muy conocido. Pero seamos realistas, esto solo ocurre una de cada diez mil veces. Para ello existen otro tipo de editoriales, que son mucho menos acomodadas y que ofrecen un servicio mucho más cercano. Esas editoriales son maravillosas si no te quieres encargar de la distribución, maquetación, y venta de los libros, pero ellos también tienen que obtener beneficios, está claro.

La alternativa a todo esto es Amazon, en pocos y sencillos pasos, puedes tener tu libro publicado. Para que te hagas una idea, comencé a escribir El Padre a principios de 2021 (previa planificación de meses) y a finales de marzo de 2021, ya estaba en mis manos la versión final del libro en físico. Ahora bien, debes comprender que te tocará hacer todo el trabajo duro. La maquetación, la corrección, la portada, las ilustraciones y demás. Si aceptas esas condiciones, una vez tengas el libro publicado, solo te queda la parte más complicada, hacer que el mundo entero la conozca. Pero ya no partes de cero, pues tienes una plataforma a tus espaldas que te apoyará siempre. 

Ahora que lo hablas de llegar a la gente, te he traído un obsequio para agradecerte tu tiempo. 

[Le he pedido a Leonard que aguarde un momento y me ha acercado a mi coche por el lado del copiloto. Él ha asentido con la cabeza y le ha dado un trago a la cerveza mientras yo revolvía en la guantera. He tomado lo que buscaba y me he girado hacia él con la pistola en la mano. Contra mis expectativas, no se ha puesto nervioso, ha terminado la cerveza de un trago y me ha arrojado el botellín vacío a la cara. Me ha agachado para esquivar el casquillo y he disparado, pero él ya estaba en movimiento y sólo he logrado acribillar uno de los faros de su coche. He corrido detrás de él pero se ha perdido en la oscuridad, como evaporado. Me he acercado al maletero de su coche. Lo he abierto y he encontrado allí a Daniel Casado, con las manos atadas y una mordaza en la boca].

Vamos a dejarnos de juegos. Dime quién es Leonard Isaac Belacord.

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